Souvenirs kilómetro 0: qué llevarte de La Palma

La Isla Bonita ofrece una amplia variedad de productos locales que nos hacen recordar nuestra visita tras el regreso a casa

Las recetas de La Palma, desde sus postres, hasta sus potajes y mojos, pasando por el vino o el queso, se realizan desde la mezcla de lo tradicional y las nuevas aportaciones de las recetas contemporáneas. Hay todo un abanico de posibilidades para llevarse sus sabores en la maleta.


Todo aquel que se va de la Isla Bonita comprende mejor la letra de una canción muy conocida en la isla: “Yo quisiera volver a La Palma…”. Quizás no se pueda volver en breve o por largo tiempo, pero sí se pueden llevar souvenirs kilómetro 0 de una tierra que, ante todo y además de su naturaleza -isla declarada Reserva de la Biosfera de la UNESCO-, posee sabores y artesanía que ayudan a regresar a ella a pesar de la distancia.

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En La Palma hace décadas que se ha implantado el modelo de cultivo kilómetro 0. Con él los agricultores de la isla se han acercado a la agroecología, que conjuga los conocimientos tradicionales del campo y la ciencia moderna con el objetivo de crear un sector primario económicamente viable, sostenible, justo.

Además de la fruta y la verdura de los mercados del agricultor de la isla, especialmente el de Puntagorda y La Recova (el Mercado de Abastos) de Santa Cruz de La Palma, en ellos también se encuentra la artesanía palmera. Esta es única en el mundo no solo porque crea ropa de seda extraída de los gusanos de la seda y elaborada en los telares tradicionales, sino también por sus finos bordados a mano, sus elaborados puros o su elegante cerámica. También hay mercadillos en El Paso, en Puntallana y en la Villa de Mazo; sin olvidar el rastro de Aragual.

En el Museo de La Seda, en el Paso, se pueden adquirir, recién salidos del telar, pañuelos, bolsos e incluso zapatos. Este lugar tiene siglos de tradición, ya que formaba parte de la Ruta de la Seda que iba y venía de China por Europa.

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Los quesos de la Palma se elaboran con leche de cabras, fundamentalmente, aunque también de ovejas que pastan libres por los bosques. En toda La Palma se encuentran quesos kilómetro 0, ya que tradicionalmente era uno de los alimentos principales en los hogares palmeros. Ahora, los que están a la venta poseen el sello de calidad y han obtenido numerosos premios en ferias regionales, nacionales e internacionales.

Los sabrosos postres de almendras, tales como el afamado Bienmesabe o los almendrados o el queso de almendra, hacen viajar al paladar de nuevo hasta La Palma. También los vinos, cuya tradición de cultivo en terrenos volcánicos comenzó en el siglo XVI y se ha revitalizado en la actualidad con tintos y blancos de bodegas isleñas que con arte y dedicación elaboran ricos caldos. Tanto el queso como el vino están protegidos con Denominación de Origen.

Además, está el mojo de La Palma, elaborado en la isla con una receta propia que le da consistencia y pimienta picona al gusto, a veces muy picante. Se compra envasado al vacío e incrementa el sabor, además de las tradicionales papas arrugadas de las Islas Canarias, de cualquier plato como salsa que es la salsa de la vida.

La Palma ofrece así un sinfín de platos y bebidas autóctonas con las que saborear los matices de una isla bañada por el océano Atlántico y el verde de sus prados, bosques y parajes naturales protegidos. Todos ellos forman parte de la marca Saborea La Palma, símbolo de la calidad gastronómica del destino.