El sendero comienza en el apartadero han donde llegan los vehículos, serpenteando suavemente por una ladera con un pinar acompañado de fayas, brezos y otros arbustos como el amagante; la ruta va a atravesar una serie de barranquillos, el primero de ellos siempre con agua, el del Ciempiés
Este lomo en el interior de La Caldera nos recuerda el pasado agroganadero del Parque. En sus huertas se cultivó hasta no hace demasiados años tabaco, y aún hoy vemos el rastro de sus bancales. Especialmente atractiva es la vista panorámica de Los Agujeritos, un conjunto de picachos con forma de dientes de sierra que componen un paisaje de verticales paredes.
Apenas abandonado el lomo de Tenerra, nos llama la atención una piedra de dimensiones colosales en el Barranco de las Traves. Depositada en el cauce, nos habla de la erosión que ha dado lugar a la Caldera a su vez que es un escaparate de la flora rupícola, especializada en encaramarse en rocas y paredes verticales, como son las diversas especies de bejeques, perteneciente a los géneros Aeonium o Greenovia.
Los procesos erosivos ocasionan constantes desprendimientos en la Caldera. Este barranco es un ejemplo de ello, su nombre de las piedras redondas, lo comprobamos visualmente, Mirando hacia las paredes superiores, rápidamente nos haremos una idea de cómo se ha formado a lo largo del tiempo este espectacular cauce. Restos arqueológicos han aparecido en esta zona, ya que los aborígenes palmeros utilizaron algunas de estas rocas gigantescas como refugios.
Tenemos una vista espectacular de la Caldera. Mirando a nuestra izquierda, un conjunto de roques de origen sedimentario destacan en el paisaje, mientras a la derecha en la ladera una mancha de vegetación nos delata la fuente del Viñátigo, antaño utilizada por los agricultores para cultivas ñames.
Este barranco es el típico del interior del Parque, con muestra de los procesos erosivos, junto al siguiente de Risco Liso rodean un lomo que se cultivó hasta los años 80 del pasado siglo y donde hoy se produce un proceso de reforestación. En la parte alta de estos barrancos se encuentran varios nacientes y galerías de donde proceden los importantes recursos hídricos del Parque.
Este depósito de barranco es conocido como Playa de Taburiente, muchos palmeros venían a bañarse y de ahí este nombre. El bosquete de ribera del cauce es una sauceda, el mejor exponente de esta formación en el Parque. Las saucedas están en regresión por los aprovechamientos hidráulicos que han retirado los caudales de los cauces, por lo que éstas del Parque tienen aún más valor y el Parque tratar de aumentarla
Junto a la Playa de Taburiente hay un centro de servicios, con zona de acampada, una pequeña exposición, servicios y puesto de primeros auxilios.
Pasado el Centro de Servicios, cambiamos de vertiente y bajamos por el barranco del Almendro Amargo. Esta zona se conoce como El Reventón; es una bajada con grandes desniveles comenzando con el cauce a más de un centenar de metros. A lo largo del descenso veremos el Roque Idafe que se yergue en la confluencia entre los barrancos. Es un monolito espectacular, que se vincula al mundo mágico religioso de los benahoritas, los pobladores aborígenes de La Palma.
Bajo el Roque Idafe, confluyen los barrancos del Almendro Amargo, por el que hemos bajado, y del Limonero o Rivaceras; sus aguas nos llamarán su atención por su color amarrillo debido a su origen ferruginoso. Aguas arriba a unos 10 minutos, está la Cascada de Colores, un pequeño salto natural recrecido donde la combinación del agua amarillenta y los musgos crea un bello espectáculo visual.
Los barrancos de Taburiente y Almendro Amargo mezclan aquí sus aguas, tomando ya el camino de la desembocadura de la Caldera por el barranco de Las Angustias. Vemos en el margen del barranco una construcción de hormigón, en un tomadero que desvía el agua para su aprovechamiento agrícola. El tomadero tiene un ingenioso sistema para decantar los sólidos que arrastra el agua y que obliga a limpiarlo periódicamente.
Los últimos cinco kilómetros discurren por el barranco y sendas laterales en las zonas más complicadas. La vegetación va cambiando progresivamente, pasando del pinar a formaciones de matorrales en la parte final con presencia de tabaibas, mientras que asistimos a un bello espectáculo geológico en las paredes del cauce.
Especialmente interesante en la parte final del recorrido es la presencia del denominado complejo basal. Son rocas surgidas en las erupciones submarinas dentro del proceso de creación de la isla, que en las zonas medias bajas del Barranco de las Angustias salen a la luz –un fenómeno geológico que en Canarias solo puede verse en otro lugar en Fuerteventura. Distinguimos estas rocas por su coloración verdosa y forma de alveolos, normalmente separados por una línea de roca de coloración diferente
- Nunca dejes residuos de ningún tipo en el entorno, incluidas las colillas. Los restos de comida contribuyen a la proliferación de roedores y gatos asilvestrados que suponen una grave amenaza para la fauna.
- Respeta a los animales, no los molestes ni los alimentes. Si ves algún ejemplar herido, puedes avisar en el teléfono de emergencias 112. Tampoco arranques flores o plantas.
- No recojas ni te lleves piedras o cualquier otro elemento del medio natural. Tampoco lo modifiques amontonándolas para realizar las tristemente famosas “torres”.
- Respeta la señalización de los senderos. Salirse de los caminos habilitados provoca daños en el entorno y además puede ser peligroso para ti y para quienes te acompañan.
- Es más seguro llevar a tu mascota con correa.
- Procura no alterar la tranquilidad del entorno con ruidos excesivos (música alta, gritos...).