Situada el este de la Isla, la capital de La Palma es una coqueta ciudad marinera que ofrece al visitante multitud de opciones culturales e históricas, así como infinidad de calles, plazas y callejones en los que disfrutar de un café o de su interesante artesanía.
Una capital con historia
Declarada como Bien de Interés Cultural con la categoría de Conjunto Histórico, Santa Cruz de La Palma se encuentra situada al este de la isla y fue fundada el 3 de mayo de 1493 por el adelantado Alonso Fernández de Lugo. Con los años, se convirtió, además, en un importante puerto comercial que trajo prosperidad y riqueza a sus habitantes, dando lugar a numerosos edificios y monumentos.
En la actualidad pasear por las calles adoquinadas de esta capital supone un viaje en el tiempo gracias a las joyas que se esconden en cada rincón, entre las que se encuentra su famosa Plaza de España, considerada, por los expertos, como el mejor conjunto renacentista del archipiélago. Desde esta plaza surge la Calle Real, el centro neurálgico de la ciudad, que además alberga buenos ejemplos de arquitectura religiosa como la Iglesia del Salvador, la Iglesia de Santo Domingo (con importantes piezas de arte flamenco) o la Iglesia de San Francisco. El visitante disfrutará recorriendo plazas como la de San Sebastián, la de San Francisco o la del Borrero, o perdiéndose en los tradicionales barrios de la Canela o San Telmo.
Cerca del mar, el visitante encontrará, además, los coloridos balcones de la Avenida Marítima, que llenan de alegría el paseo. El Barco de La Virgen, ubicado al lado de la plaza de la Alameda, sorprenderá a los visitantes tanto por su imponente presencia, como por los secretos encerrados en su interior. Se trata de una réplica de la carabela de Colón, y cuenta en su interior con un interesante museo naval.
Muy cerca de allí se encuentra el conjunto formado de plaza, iglesia y convento de San Francisco, así como el Museo insular en su interior y su interesante colección de bellas artes.
No hay que olvidar acercarse hasta el Castillo de Santa Catalina que representa la defensa férrea de la isla ante los ataques piratas que ésta sufrió. Por último en el Castillo de La Virgen de las Nieves los cañones han sido rehabilitados recientemente y resuenan cada cinco años con motivo de la Bajada de la Virgen.
Tradiciones
Para aquellos que busquen tradiciones originales y bien conservadas nada como acercarse al Carnaval de Los Indianos y sus polvos de talco.
Considerada una de las festividades más populares de todo el archipiélago, este carnaval tiene su origen en la década de los años 60, cuando un grupo de familias de la isla decidió parodiar a los llamado Indianos, emigrantes que volvían de América Latina cargados de oro, alhajas y personas de servicio en los siglos XVIII, XIX y XX.
Celebrado el lunes de carnaval, esta festividad reúne, en las calles de la capital, a miles de palmeros que, vestidos con trajes de época blanco y armados con polvos de talco, disfrutan de una fiesta llena de música y alegría.
Además, la Bajada de la Virgen de las Nieves es una de las celebraciones con más arraigo en la isla. Cada cinco años esta tradición llena de música y celebraciones la capital de la isla, especialmente durante las dos primeras semanas de julio. El traslado de la imagen de la Virgen de Las Nieves, a hombros de los palmeros, se produce desde su santuario, en el monte, hasta la ciudad, ubicada en la costa. Los orígenes de esta fiesta se remontan al siglo XVII como una respuesta de los feligreses ante la Virgen de las Nieves, para que ésta intercediera en las diferentes desdichas que tenían lugar en la isla de La Palma. Uno de los eventos más esperados, durante esta celebración, es la tradicional Danza de los Enanos, nombrada Fiesta de Interés Turístico Nacional. En esta fiesta hombres y mujeres se transforman en enanos en un espectacular escenario. También sucede el esperado Baile del Minué, inspirado en los bailes de la corte francesa de los siglos XVII y XVIII. En estas festividades se producen otros eventos dignos de admirar como El Carro Alegórico, Los Acróbatas, Los Gigantes y Cabezudos o el Diálogo entre la nave y el castillo, todos ellos antes de que la virgen vuelva a subir a su templo el 5 de agosto, marcando el final de las festividades.
Diversión en playa o montaña
Para los amantes de los deportes acuáticos, la playa de Santa Cruz de la Palma es un lugar ideal para relajarse practicando windsurf, kitesurf o windfoil.
Situada a lo largo de toda la avenida de Santa Cruz de La Palma, es un punto de desconexión para palmeros y visitantes que se acercan a disfrutar de la brisa marina.
Inaugurada oficialmente en abril de 2017, esta playa artificial de arena negra volcánica ocupa el lugar de la que fuera la histórica playa de Caleta del Varadero. Su reciente remodelación permitió abrir de nuevo esta playa al Océano Atlántico, algo que se había perdido con la construcción del paseo marítimo en 1949. La playa cuenta con un servicio de alquiler de sombrillas, duchas o aseos.
Si lo que se prefiere es la montaña, El Pico de la Nieve, a 2.239 metros de altitud, supone un desafío para el caminante, que se ve recompensado por la impresionante panorámica que ofrece de la Isla.