Ruta en coche por Santa Cruz de La Palma, Roque de los Muchachos y Tazacorte

La Palma

Hacia el Roque de los Muchachos

La Palma es un lujo visual marcado por el verde. Para comprobarlo, basta hacer esta excursión en coche desde el puerto de Tazacorte, en el oeste, a la capital atravesando la isla en su vertiente norteña. Aunque las curvas resultan inevitables, subir al Roque de los Muchachos y gozar luego de las vistas del Atlántico en el descenso hasta Santa Cruz no tiene precio. También se puede hacer en dirección contraria y bajar hacia el oeste de la isla para terminar en Tazacorte.

Excursión por el puerto de Tazacorte, Tijarafe, Puntagorda y Santa Cruz

La salida nos muestra el puerto de Tazacorte, ahora centrado en su oferta pesquera y deportiva, pero de gran relieve histórico. Por una carretera con excelentes vistas del océano y de las plataneras, cultivo clave, se sigue hasta el bello pueblo de Tijarafe, ideal para comer. La siguiente parada se hará en Puntagorda, cuyos almendrados tienen una fama bien merecida, y desde aquí se enfila el centro insular, pasando por el prestigioso observatorio astrofísico del Roque de los Muchachos, y bajando luego hasta Santa Cruz con la mirada extasiada.

Altitud máxima
2.426 m
Ruta km
98,2 km
Tiempo estimado
5 horas
Tipo de camino
Con curvas
Mirador
Localidad
Santa Cruz de la Palma

TENERIFE

TENERIFE

GRAN CANARIA

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FUERTEVENTURA

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LANZAROTE

LANZAROTE

LA GRACIOSA

LA GRACIOSA

LA GOMERA

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LA PALMA

LA PALMA

EL HIERRO

EL HIERRO
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Puerto y villa de Tazacorte
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Puerto y villa de Tazacorte

Un lugar clave para la conquista, con playa y rico patrimonio histórico

La salida de esta excursión se hace en el punto donde comenzó la conquista castellana de La Palma en el siglo XV. El puerto de Tazacorte, al oeste de la isla y colofón de la impresionante cuenca que baja desde la Caldera de Taburiente, ha tenido una gran relevancia histórica y sirve perfectamente para comenzar o terminar cualquier ruta. Como en este caso, se empieza, los restaurantes y bares de la coqueta playa de arena negra, de la plaza anexa y del propio puerto pesquero y deportivo resultan ideales para desayunar y afrontar un ascenso hacia el centro y un descenso hasta la capital que muestran mucho de los bellos contrastes de La Palma.

En muy pocos minutos, del puerto se pasa al casco de la villa de Tazacorte por una carretera que se ha de tomar a la derecha con una amplia presencia de plataneras, cultivo muy extendido en el oeste de la isla. La zona céntrica también tiene una amplia oferta de bares por si no se ha desayunado. Junto al ayuntamiento, destaca la fuente de San Miguel Arcángel, con una imponente escultura convertida en símbolo del municipio. Aunque se trata, aparentemente, de una parada prematura, está más que justificada por valores patrimoniales como la iglesia de San Miguel Arcángel, la primera que levantaron los conquistadores. También sobresale la acogedora pérgola de la plaza de España, perfecta para descansar y pasear bajo la sombra junto a sus mosaicos sevillanos. La plaza de Doctor Morales, la de Los Pajeros o la de Gómez Felipe, así como calles como La Cruz refuerzan los motivos para detener el motor del coche.

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Tijarafe
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Tijarafe

Una parada obligada en un casco con muchos valores y sabor añejo

El primer pueblo que muestra esta ruta desde el casco de Tazacorte es Argual, donde se debe tomar la vía que aparece a la izquierda. La carretera pasa un tramo de repetidas curvas cerradas, atraviesa el barranco Tenisca y sigue por un trazo retorcido, aunque sin dificultades para la circulación, en dirección a Tijarafe. Antes de la segunda parada recomendada, se pasa por La Punta, siempre con las placenteras vistas de las plataneras verdes casi por cualquier sitio y con el océano azul de infinito. La vía se suaviza un poco hasta llegar a El Jesús y el lomo del barranco del Jurado, donde ya se divisa el encantador pueblo de Tijarafe, el único municipio de la isla que conserva el nombre aborigen.

También con evidente arraigo agrícola, Tijarafe obsequia al turista la parroquia de Nuestra Señora de Candelaria, creada en 1530 y en torno a la cual va creciendo durante los siglos. Como particularidad, se trata de la única iglesia insular a cuyo campanario se accede desde unas escaleras exteriores. Fue declarada Bien de Interés Cultural (BIC) en 1996. Del callejero local, destaca la calle Adiós, nombre inmejorable por tratarse de la que llevaba al antiguo cementerio.

También sobresale el museo etnográfico, la biblioteca municipal y el llamado Jardín de los Versadores, que sirve de homenaje a los palmeros que emigraron a Cuba en los años 40 del siglo XX en busca de una vida mejor y que, en muchos casos, trajeron luego a la isla el punto cubano, verdadera joya de la improvisación cantada. La casona de El Barranquito y la ermita del Buen Jesús (1530 y declarada BIC) y otras edificaciones de teja y piedra con argamasa incrementan las ganas de quedarse más tiempo.

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Puntagorda
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Puntagorda

Un pueblo muy bien conservado de fama mundial por sus almendrados

La carretera continúa con algunas curvas, pero luego suaviza en muchos tramos su trazo hasta llegar al pueblo de Puntagorda, la siguiente parada recomendada y punto geológico donde surge la isla. Lo hace en ascenso y permite algunas vistas impactantes de la costa Noroeste. La agricultura sigue siendo de regadío, pero ya comienza a imponerse los cultivos de secano, como la vid, el trigo y sobre todo los almendros. Un fruto seco que ha hecho célebre a Puntagorda por sus riquísimos dulces almendrados, de fama mundial, sobre todo en los años 40 y 50 del siglo XX. Un motivo más que sobrante para desviar el coche de la vía general y bajar hasta esta localidad a la altura de los enlaces señalizados.

Antes de ese desvío, y tras bajar y subir hasta cinco cuencas de barrancos de distinta profundidad, se pasa por localidades como Tinizara y Fagundo. Además, existe la opción de acercarse a otros pueblos anexos, como El Roque y Pino de la Virgen, que le sentido a su nombre con un pino venerado y relacionado con la imagen. En un entorno eminentemente rural, con mucha oferta de ese tipo de turismo, Puntagorda (a 600 metros de altura) se despliega en descenso y en numerosas calles separadas ampliamente por terrenos cultivados, casi como si el callejero fuera las raíces de un árbol grande. Esta localidad es una de las mejor conservadas de la isla. De su oferta patrimonial, y aparte de numerosas casas de piedra, tejado y madera dispersas, destaca en la parte baja la coqueta iglesia de San Mauro Abad y su parroquia, declaradas Bien de Interés Cultural.

En tributo a su omnipresencia, en febrero o a principios de marzo se celebran las fiestas del almendro en flor, todo un espectáculo digno de ser contemplado si las vacaciones coinciden en esas fechas. También es digno de visita y de fotografías el reloj de las cuatro estaciones situado en frente del ayuntamiento. Y eso que, en Puntagorda, el tiempo parece detenerse, y no solo el coche de cualquier visitante.

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Observatorio astrofísico
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Observatorio astrofísico

Un punto de prestigio internacional en el que el cielo parece más cerca

Una vez reincorporado desde Puntagorda a la carretera general, el vehículo atravesará ahora un largo tramo en el que las curvas parecen clonarse. El ascenso hacia el centro de la isla en su parte norte resulta agradable por el aire puro que cada vez se respira más, el verde del creciente pinar, las zonas aún con agricultura de altura y las partes despejadas que permiten algunas vistas del norte. Tras una media hora, dependiendo mucho de la velocidad con la que se ascienda, aunque se recomienda prudencia si se desconoce una carretera tan serpenteante, se llega a un cruce de caminos que lleva hacia el centro de la isla o baja al norte. La ruta indica que se ha de coger la vía de la derecha en dirección al roque de Los Muchachos y al célebre observatorio astrofísico que lleva su nombre.

Para llegar hasta la siguiente parada aconsejada, la vía sigue igual de retorcida, con continuas curvas que, eso sí, se ven claramente compensadas por un pinar cada vez más denso. Justo antes de llegar al observatorio, los pinos se retiran y se abre un amplio espacio despejado en el que destaca el blanco de unas instalaciones ya míticas para los científicos y la observación del universo. El observatorio del Roque de los Muchachos (a 2.396 metros respecto al mar) es uno de los más prestigiosos del mundo por los cielos limpios que escudriña por la noche. Sin duda, merece una prolongada parada se esté o no versado en las últimas teorías sobre galaxias, estrellas, big bang o creacionismo. Solamente conocer un poco cómo funcionan esos impresionantes telescopios justifica casi la estancia en la isla.

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Caldera de Taburiente
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Caldera de Taburiente

Un grandioso espectáculo geológico que se despliega hasta el Atlántico

El astrofísico se sitúa en uno de los bordes de la caldera de Taburiente, un verdadero espectáculo geológico que simula un enorme corazón insular y que, de sus gigantescas dimensiones en el centro de La Palma, pasa a descansar en el mar del oeste, justo en el puerto de Tazacorte, con una cuenca cada vez más estrecha.

Hasta el Atlántico, atrás queda una grandiosa colección de barrancos que confluyen en el principal, zonas verdes, infinitas formas telúricas, colores, variada fauna, mar de nubes, silencio y paz, mucha paz. Un espectáculo que esta ruta muestra en todo su esplendor desde la parte más alta, otro motivo más que suficiente para arrancar el coche por la mañana. Las cámaras digitales facilitan ahora la labor a los que no pueden con la tentación de darle al dedo, pero, antes, en la etapa de los carretes, también era reconfortante esperar por los múltiples revelados.

La vía prolonga el espectáculo a pocos metros del precipicio de la caldera. Las infinitas curvas anteriores ahora se han reducido considerablemente y así se llega muy cerca del Parque Natural Las Nieves, donde el pinar vuelve a imponerse.

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Santa Cruz de La Palma Centro
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Santa Cruz de La Palma Centro

El sitio ideal para recuperar fuerzas tras una jornada intensa

La bajada hasta la capital, final de la ruta propuesta, se hace por un pinar muy profuso que, por lo menos en un amplio tramo inicial, apenas deja ver el horizonte. Del verde tupido e ideal para una pequeña parada si se desea descansar, volver a ver las fotos de La Caldera y respirar de nuevo aire limpio, se va llegando a zonas más descubiertas que muestran, de forma creciente, el Atlántico y Santa Cruz de La Palma. Eso sí, y en un sino característico de la isla, las curvas vuelven a marcar el trayecto.

Antes de alcanzar la capital, se pasa por núcleos como Los Álamos, fácilmente reconocible por los dos campos de fútbol con los que cuenta. Desde aquí, y en dirección hacia la izquierda, la ciudad y su estrecho vínculo al mar, sobre todo por el puerto, se muestran sin recato. Un vínculo que se palpa en la avenida marítima y en puntos de visita como el museo naval, que emula una de las naos que colón usó para llegar a lo que luego se conoció como América.

La capital resulta una llegada perfecta para tomar cualquier copa o comer algo en sus calles adoquinadas o en otras que, sin serlo, se ven jalonadas también por inmueble de gran valor histórico. El estilo renacentista, barroco y neoclásico de buena parte de esta ciudad, en la que destaca la iglesia del Salvador, es un lujo para la vista y redondean una intensa jornada de mar, pueblos con encanto y valores patrimoniales, un observatorio de fama mundial, una caldera que deja casi sin palabras y un pinar refrescante. Toda una excursión.

Sostenibilidad
Sostenibilidad
  • Nunca dejes residuos de ningún tipo en el entorno, incluidas las colillas. Los restos de comida contribuyen a la proliferación de roedores y gatos asilvestrados que suponen una grave amenaza para la fauna.
  • Utiliza las papeleras y, en la medida de lo posible, deposita los residuos previamente separados en su contenedor correspondiente.
  • No arrojes al mar objetos ni residuos de ningún tipo.
  • Respeta a los animales, no los molestes ni los alimentes. Si ves algún ejemplar herido, puedes avisar en el teléfono de emergencias 112. Tampoco arranques flores o plantas.
  • No recojas ni te lleves piedras o cualquier otro elemento del medio natural. Tampoco lo modifiques amontonándolas para realizar las tristemente famosas “torres”.
  • En espacios naturales y miradores, no salgas de los senderos ni de los espacios habilitados para tránsito de personas.
  • Respeta el patrimonio histórico y cultural del lugar, así como el mobiliario público y los elementos disponibles para los visitantes como los paneles informativos o los telescopios y prismáticos.
  • Conduce de manera prudente y responsable.
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