Visitar la isla de La Palma es entrar en contacto con la naturaleza más pura gracias a sus imponentes volcanes, sus profundos bosques y su cielo estrellado, uno de los más limpios de Europa. Desde las pequeñas plantas cercanas al mar, capaces de resistir el sol y la sal, hasta las coloridas flores de las cumbres más altas, pasando por su vegetación “jurásica”, toda la isla es una enciclopedia al aire libre que le ha valido ser reconocida como Reserva Mundial de la Biosfera, y que permitirá al visitante disfrutar de primera mano de la fuerza y belleza de la naturaleza.
Espacios naturales protegidos
Con unos valores paisajísticos excepcionales, entre los que se incluyen una fauna y flora autóctonas, La Palma cuenta con abundantes espacios naturales protegidos como el Parque Nacional de la Caldera de Taburiente. El centro de la isla es una impresionante hendidura de aproximadamente ocho kilómetros de diámetro y hasta un kilómetro y medio de profundidad de origen volcánico, cuyos profundos barrancos y frondoso bosque de pino están arropados por espectaculares cascadas y caídas de agua.
Además de la Caldera de Taburiente, El Parque Natural de Cumbre Vieja, se extiende desde el centro hasta el sur de la isla de La Palma. En él se puede observar la historia vulcanológica de la isla, desde las erupciones prehistóricas hasta las más actuales, un auténtico paseo por las entrañas de la tierra.
El Parque Natural de Las Nieves, entre los municipios de Puntallana, San Andrés y Sauces y Santa Cruz de La Palma, alberga uno de los bosques de laurisilva mejor conservados del archipiélago, los Tilos. Este ecosistema, heredado de la época terciaria, ha llegado hasta nuestros días casi intacto, lo que le confiere un valor extraordinario.
Tierra de volcanes
La Palma destaca además por ser tierra de volcanes. Su geografía, que ofrece al visitante la oportunidad de explorar de cerca este fenómeno natural de manera segura, concentra la mayoría de los volcanes en la zona de Cumbre Vieja. Esta extensa elevación situada al sur de la isla está reconocida por ser la más activa y mejor conservada de todo el archipiélago canario y marca también el inicio de la célebre Ruta de los Volcanes, que invita a los visitantes a recorrer estos imponentes colosos surgidos de las profundidades de la Tierra.
Este sendero, que se inicia en el Refugio del Pilar y llega hasta Fuencaliente, donde se halla el volcán de Teneguía , permite recorrer más de 18 kilómetros a través de cráteres, lagos de lava y vegetación.
Pero en La Palma es posible también contemplar un nuevo volcán, como consecuencia de la erupción que tuvo lugar en 2021, en la zona de Cabeza de Vaca (en Cumbre Vieja). Visitar las cercanías del cono del volcán, con empresas autorizadas, conducir por carretas abiertas a través de coladas de lava o contemplar las fajanas que la lava dejó en el mar son solo algunas de las experiencias al alcance del visitante, que quedará sin duda marcado por la extraordinaria fuerza de la naturaleza.
Reserva Marina
Pero si la superficie de La Palma dejará al visitante sin aliento, descubrir lo que se esconde en sus aguas no es menos espectacular. Con un paisaje marino plagado de veriles, grietas, arcos, torres y cuevas submarinas, los aficionados al submarinismo podrán disfrutar de este deporte en lugares como los Cancajos, Tazacorte o Fuencaliente.
Las aguas cristalinas y puras de La Palma acogen, además, una rica diversidad de vida marina. Para preservar estos ecosistemas desde 2001 existe una franja costera de la isla declarada Reserva Marina. Esta reserva alcanza los 1000 m de profundidad y se extiende sobre 3.455 hectáreas en el litoral sur occidental de la isla de La Palma
Entre las especies que se pueden encontrar en esta Reserva se cuentan la langosta canaria, las viejas, las salemas, medregales o las tortugas marinas y el delfín mular .